domingo, 4 de marzo de 2012

MEDITEMOS SERIAMENTE

            Se cuenta que en una ciudad de interior, un  grupo de personas se divertían con el tonto del pueblo, un pobre infeliz de poca inteligencia, que vivía haciendo pequeños recados y recibiendo limosnas.
           Diariamente, algunas personas llamaban al tonto al bar donde se reunían y le ofrecían  escoger entre dos  monedas: una de tamaño grande de 50 céntimos y otra de menor tamaño, pero de un Euro. Él siempre tomaba la más grande y menos valiosa, lo que era motivo de risas para todos.
            Un día,  alguien que observaba al grupo divertirse con el inocente hombre, lo llamó aparte y le preguntó si todavía no había percibido  que la moneda  de mayor tamaño valía menor y éste le respondió:
Lo sé señor, vale exactamente la mitad, pero el día que escoja la otra, el juego se acaba y no voy a ganar más mi moneda.

 Esta  historia podría concluir aquí, como un simple chiste, pero se pueden sacar varias conclusiones:
           La primera:
Quien parece tonto, no siempre lo es.
          La segunda:
¿Cuáles son los verdaderos tontos de la historia?
         La tercera:
Una ambición desmedida puede acabar cortando tu fuente de ingresos.
        La cuarta, y la conclusión más interesante:

Podemos estar  bien,   aun cuando los otros no tengan una buena opinión sobre nosotros. Por tanto, lo que importa no es lo que piensan los demás de nosotros, sino lo que uno piensa de sí mismo.

MORALEJA:
 ‘La verdadera  persona inteligente  es la que aparenta ser  tonta  delante de un tonto que aparenta ser inteligente’…

1 comentario:

  1. La moraleja de la historia, como broche final de la misma, no tiene ningún desperdicio.-

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