Es el título de la obra escrita por Ernest Hemingway, publicada en 1940 y su trama se desarrolla en España durante la guerra civil.
Este título me hace recordar aquellos años de la primera década de los cincuenta cuando las campanas de la torre de nuestro pueblo tocaban para anunciar el fallecimiento de alguna persona. Pues bien, cuando este hecho acontecía este redoble fúnebre de las campanas era oído por la totalidad del pueblo y, lo más inmediato, era esperar al número de toques dobles finales que marcarían si la persona difunta se trataba de mujer u hombre. Quiero recordar que de ser mujer el número de campanadas dobles era el de diez y si se trataba de un hombre eran doce. Hasta aquí todo bien pero, de quien se trataba la persona fallecida?
Era toda una incertidumbre, así que a esperar a alguien, cualquiera, que, como transeunte, pasara por nuestra calle y nos informara de quién se trataba, si lo sabía la persona preguntada aún no quedaba la información al detalle, porque, que edad tenía la o el finado?. Ahhhhh…. Así que a continuación seguía… y, que edad tenía? (si era varón), fumaba? dado el caso que tuviese 60 años o más, ya la preguntante quedaba totalmente satisfecha con la información recibida.. así que la exclamación lógica era: ¡!!!Ah bueno!!!; cómo queriendo decir “ya vivió bastante”, la lógica era aplastante por cuanto la esperanza de vida en aquellos tiempos era la de 60 años y muy poquitos más.-
Ignacio Núñez Ventura
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