
Habéis hablado sobre vuestros recuerdos del día en que, por fin, llegó la tan ansiada Estellesa al pueblo, fue un acontecimiento muy grande, como todo lo que pudiera turbar de algún modo el sereno y tranquilo devenir de Fuentes en aquella fecha; donde nunca ocurría nada digno de mención y los días se superponían los unos a los otros con un ritmo monótono, de tal forma que el de ayer fue igual que el de hoy y este lo mismo que mañana.
Cuando la Estellesa ya rodaba por nuestra carretera, a la entrada del pueblo, desde Segura, los vecinos ya esperaban impacientes en las puertas de sus casas la llegada. Cuando ésta asomó ya por el principio, en su puerta, como todos, estaba el Sr. Angel, pero su señora dio la fatal casualidad que se entró dentro en ese preciso momento (quizás para hacer alguna necesidad urgente y perentoria) y así que su marido veía que la Estellesa se acercaba y que pasaría sin que su mujer pudiera verla, exclamó a voz en grito….. Chiquilla…chiquilla….salte corriendo pacá y asómate a la puerta que ya viene ahí la “bicharraca”.
Que cosas y qué tiempos tan interesantes vistos desde la óptica actual.
Lo de la llegada a la plaza fue ya la apoteosis total, chiquillos corriendo y gritando a más no poder, cohetes, globos y fantoches elevándose hacia el cielo de Fuentes….. banda de música acometiendo todo su repertorio… chocolate “jeringos”… vino de pitarra (vamos que allí no faltó ni un perejil); ríanse ustedes de las películas de Berlanga, éstas no son nada comparables a lo nuestro.
La Estellesa ese día solo era ocupada por un único pasajero, lo recuerdo como si fuese ahora, venía vestido con su traje kaki de soldado, creo que estaba haciendo la “mili” en Badajoz y era Constancio el albañil que luego lo fue del Ayuntamiento y que hoy, desgraciadamente, está fallecido. (q.e.p.d.)
Ignacio Núñez Ventura
Desde Sevilla, Antonio Castro Díaz, dijo:
ResponderEliminarNi más ni menos que en cualquier boceto costumbrista de Camilo José Cela.
Enhorabuena, Ignacio.-